«—Gloria, me ha encantado verte, pero hice un viaje largo y necesito descansar un poco. Y creo que el médico tiene razón. He notado cierta mejoría.
Gloria se echó a reír. Pero no era una risa alegre, era una risa falsa, como ensayada.
—No he mejorado nada; más bien he empeorado…
—Eso no es cierto, Gloria…
—Yo soy la paciente, Cabeza de Pez. Me puedo diagnosticar mejor que nadie.
—¿Qué es eso de «Cabeza de Pez»?
—¿Nadie te ha dicho nunca que tienes la cabeza parecida a la de un pez?
—No.
—La próxima vez que te afeites, fíjate. Y procura no cortarte las agallas.»
Se sabe que Charles Bukowski y Robert Crumb, cronistas complementarios de la vida y las pesadillas en los pliegues más incómodos de su sociedad, se vieron una sola vez, y que se profesaban admiración y respeto.
«Ningun escritor norteamericano contemporáneo ha descalificado el sueño americano con tanta perseverancia como Charles Bukowski.» San Francisco Chronicle
«Me odio por lo menos tanto como odio a los demás.» Robert Crumb
«Para mí —opinó Crumb sobre Bukowski— dice las cosas como hay que decirlas. Creo que para ser artista o escritor en el mundo moderno hace falta una fuerte dosis de alienación. Si eres muy equilibrado, no tienes nada interesante que decir.»
«En la gente que él dibuja —dijo Bukowski sobre Crumb— hay energía y resplandor. Una de las personas más verdaderas que he conocido. Sería para mí un mágico honor que ilustrara algunos de mis ruinosos personajes.»
Entre 1975 y 1984, Robert Crumb ilustró los tres notables relatos que componen este libro: «Tráeme tu amor», «No funciona el negocio» y «Bop, bop, contra aquel telón», historias de perdedores obsesionados por la precariedad laboral, el alcohol y el sexo, a quienes la realidad controla para que no puedan salir de donde están.
Charles Bukowski
Andernach, Alemania, 1920 – San Pedro, California, 1994
Poeta, cuentista y novelista, nacido como Heinrich Karl Bukowski, es uno de los escritores estadounidenses más influyentes del siglo xx y símbolo de la literatura independiente. En 1923 emigró con sus padres a EE.UU. Durante su infancia sufrió no sólo las burlas de los compañeros por su origen alemán, sino los constantes castigos de su padre alcohólico y desempleado. Un grave problema de acné en la adolescencia, que le dejó cicatrices en la cara para toda la vida, agudizó su aislamiento social. Abandonó pronto los estudios, se fue de casa y empezó a vagar por los bajos fondos de la ciudad, haciendo todo tipo de trabajos, durmiendo en pensiones de mala muerte o en bancos de plaza, emborrachándose para superar sus inseguridades con las mujeres. A los 35 años, una úlcera sangrante casi lo llevó a la muerte. Al salir del hospital empezó a escribir poemas y breves relatos sobre los seres y los ambientes sórdidos que tan bien conocía. «Los hospitales, las celdas y las putas son las universidades de la vida. Yo tengo varios diplomas.» En 1969, el editor John Martin de Black Sparrow Press ofreció pagarle los 100 dólares mensuales que ganaba en el Correo, único empleo estable de su vida, si dedicaba todo el tiempo a la escritura. Bukowski, con 49 años, aceptó, y en menos de un mes terminó su primera novela, Cartero, a la que siguieron cinco más. Sus cuentos están reunidos en una decena de volúmenes y sus poemas en alrededor de cuarenta. Murió de leucemia a los 73 años, poco después de terminar la novela Pulp. Monjes budistas estuvieron a cargo de los ritos fúnebres.