No es el primero de la lista, lo precedieron autores de renombre como García Márquez o Borges. Sin embargo, dado que ha sido utilizado profusamente como felicitación navideña, Neruda ha visto incrementada su presencia en Internet –innecesariamente, por cierto– con el apócrifo Muere lentamente.
No es nuevo este error de autoría. De hecho, un ministro italiano, concretamente Clemente Mastella, líder de la Unión de Demócratas para Europa, sucumbió a los encantos de recitar en público los versos que suponía del poeta chileno:
“Muere lentamente quien no viaja, / quien no lee, / quien no oye música, / quien no encuentra gracia en sí mismo. / Muere lentamente/ quien destruye su amor propio, / quien no se deja ayudar…”
Sin embargo, como ha indicado su autora a la Fundación Pablo Neruda, donde se han recibido numerosas consultas al respecto pese a sus desmentidos, y aclaró en su momento convenientemente la prensa italiana, estos versos y los siguientes que completan el poema pertenecen a la escritora brasileña Martha Medeiros, a la sazón cronista del periódico Hora Zero de Porto Alegre.
Llama mi atención una potencialidad de estos sucesos, una capacidad quizá insuficientemente explotada de estas bolas de nieve que aumentan su tamaño y alcance de modo irreversible a través de La Red. ¿Por qué no, como buen escritor desconocido en paro que soy, servirme de este recurso para difundir alguno de mis escritos?
No crean que me mueve un afán distinto al de la mera visibilidad, una ambición más allá que dar a mis textos ojos lectores que traspasen las fronteras de los círculos cercanos. De hecho, según escribo estas líneas, la idea me seduce con más fuerza a medida que presiono cada letra del teclado.
¿Por qué no probar? Un juego, únicamente un juego compartido con los numerosos amigos que se detienen cada día en este espacio de encuentro que es Papel en Blanco. ¿Por qué no jugar a esto?
Podría empezar diciendo que visité hace unas semanas la Biblioteca Nacional y que, dentro de un volumen que examinaba para la realización de un trabajo, pongamos por ejemplo un ensayo literario que me traigo entre manos, relativo quizá a la poesía de los escritores de primera mitad de siglo XX.
Presupongamos también que mi sesión de trabajo en la Biblioteca Nacional se centrara en la producción de García Lorca y que allí, entre originales manuscritos y primeras ediciones, cae al suelo una cuartilla…
Déjenme darle un par de vueltas al asunto y, si consigo concretarlo, titularé llamativamente una de las próximas entradas en el blog: Encontrado en la Biblioteca Nacional un inédito de Lorca.
Mejor aún, ¿por qué no escribirlo conjuntamente? Espero pues sus sugerencias y aportaciones.